La comunicación animal es un intercambio de energía e información entre seres sensibles, el la capacidad de que tenemos de sentir nuestra expereincia el lenguaje del sentir, el lenguaje. Al conectarnos con el silencio, abriendo espacio en nuestra mente, podemos entablar un diálogo significativo, en primer lugar, con nosotros mismos, creando así un puente valioso entre animales, humanos y nuestro entorno natural adquiriendo una mayor conciencia, empatía y comprensión mutua, siendo una oportunidad única para el aprendizaje, la claridad y la sanación.El principio de la comunicación animal o telepática es conectar con nuestra intuición, conectarnos a otro tipo de comunicación mucho más profunda que nos une formando una conciencia global y de unidad.

La comunicación entre especies, ayuda a conocer más al Ser con el que nos queremos comunicar, a ser más compasivos, la compasión bien entendida como EMPATIA. Y si bien la COMPASIÓN ha podido ser entendida como superioridad y lastima, hoy bien sabemos que supone la expresión de esa bondad amorosa en un instinto de ayudar a aliviar el sentimiento de colaboración y cooperación, muy importante para nuestro desarrollo emocional y adaptación al medio.

“No hay un ‘cómo’. No se puede enseñar a nadie a comunicarse con los animales, pero se les puede ayudar a descubrir sus habilidades y a conectarse a sí mismos a su unión con toda la vida. Ese es el único”cómo” que realmente existe.” – Danna

La conexión energética e intencional con el animal sucede primero. La información se recibe en forma de pensamientos, sensaciones o emociones, imágenes, palabras, sonidos en la mente. Es posible tener cualquier experiencia sensorial telepáticamente. Uno de los ejercicios básicos para enviar y recibir de forma clara y natural es practicando a “estar tranquilamente presente”, no hacer nada, sino simplemente ser consciente y receptivo. Abrir espacio al recibir.

Un viaje de regreso a casa , el lugar donde todos queremos volver. Los animales y la Vida misma nos están pidiendo HONESTIDAD, como nos sentimos y que intenciones tenemos en base a la comunicación con el otro Ser.
Es entonces cuando nos preguntamos ¿Como incorporar esta capacidad y llevárnosla puesta? Bien sabemos que vivimos en una Vida inundada de métodos y protocolos, exceso de información, a menudo se trata de olas superficiales que se rompen ante una pregunta de poder ¿Qué es lo que realmente quiero? No tardamos en saber que la expansión de consciencia o “darse cuenta” es el núcleo base de lo que anhelamos instalar en nuestra vida cotidiana, valores, capacidades o virtudes, junto con los deseados estados de plenitud, paz interior y compasión amorosa son la cosecha que recoge quien cultiva la Atención plena.

comunican a través de la vibración, hay que ser coherentes para poder comunicarnos con ellos.
La apertura del corazón supone un nuevo amanecer en la dimensión sagrada. En el corazón no hay culpa, sino inocencia,, y por tanto sabe del perdón y de todo aquello que acoge y otorga fortaleza para seguir la marcha. Abrir el corazón conlleva reconocer la propia vulnerabilidad como manifestación directa de nuestra fortaleza.

A medida que reduces su enfoque en tu cuerpo, hacia tu corazón, vientre o pies, puedes ponerte en contacto más fácilmente con tus propios sentimientos.
Una conexión sólida con la Tierra te ayuda a unirte a los animales y sentir su realidad física, emocional, mental y espiritual sin la tensión (para ti y los animales) de avanzar con proyecciones mentales, análisis u otra energía. La conciencia corporal , como llave o puerta hacia nuestra espiritualidad, nos ayuda a discernir y nos da una imagen mas global de lo que esta sucediendo en el otro Ser.

Cierra los ojos, respira profundo y deja que el centro de tu ser -tu corazón, tu mente, tu alma- conecte con el animal. Siente al animal conectando contigo. Siente el flujo entre vosotros dos. No fuerces la situación, sino más bien, deja que se desarrolle. Tu único objetivo es calmarte a ti mismo y darle la bienvenida al viaje. Busca un lugar tranquilo y cómodo, crea el espacio idóneo para recibir al animal con quien quieres comunicar.

11.2. Calma tu mente y respira unos minutos:

Sé honesto y pregúntate ¿para qué quieres comunicarte con el animal?

11.3. Pide protección y ayuda a tus guías:

Para que protejan el espacio del animal y el tuyo. Pide claridad y comprensión en la comunicación por el mayor bien del animal.

11.4. Intención clara:

Preséntate y pide permiso para comunicarte, salúdalo y pregunta si está dispuesto a comunicarse contigo. Puedes utilizar palabras (me gustaría hablar contigo) o imágenes (imagínate a ti mismo conversando) o sentimiento (siente tu deseo de comunicarte con él). En verdad, no importa tanto lo que haces o cómo lo haces ya que no se trata de hacer, sino de Ser. Observa ese espacio en la respuesta, puede ser que aparezca una sensación, un sentimiento, una palabra o un simple vacío. Esta todo perfecto.

11.5. Acepta de corazón lo que recibes y agradece:

el agradecimiento es un estado de conciencia que une las almas y libera. Recuerda agradecerte a ti mismo, agradece por tu intuición y por tu deseo de conectarte con la vida de un modo más profundo y significativo.

11.6. ¿Se te ha dado el permiso para hacer las preguntas y sentir lo que el animal ha querido comunicar?:

El primer pensamiento, la primera sensación, la primera imagen o la primera impresión es la correcta. A menudo, la respuesta viene antes de que la pregunta se formule hasta el final. No pienses más. Da las gracias y acepta lo que sea.

11.7. Si no estas seguro, pregunta:

Pregúntale al animal si lo entiendes bien. Si su sentimiento o imagen esta en lo correcto, confía en ella. Agradece de nuevo y despídete respetuosamente.

Reconocemos las cosas que no podemos cambiar y continuamos ahí donde nuestro trabajo puede ser más efectivo. Respetamos la privacidad de la gente y de sus compañeros animales con quienes trabajamos, y honramos su deseo de confidencialidad. Mientras hacemos nuestro mejor esfuerzo por ayudar, atendemos a la dignidad de cada quien, y les ayudamos a ayudar a sus compañeros animales.
Cultivamos la comprensión y la habilidad en los otros, más que la dependencia en nuestras propias habilidades. Ofrecemos formas en las que la gente puede involucrarse en la comprensión y crecimiento con sus compañeros de otras especies. Reconocemos nuestras limitaciones, buscando ayuda de otros profesionales cuando así lo necesitamos. No es nuestro trabajo el detectar y curar enfermedades, y referimos a las personas a veterinarios que puedan hacerlo. Podemos transmitir ideas de los animales, sentimientos, dolores o síntomas según ellos las describen o como las percibimos en nuestros cuerpos, lo que puede ser útil para los veterinarios.
Podemos asistir a los responsables en el manejo del estrés, como consejeros y con otros métodos gentiles de curación. Dejamos que sean los responsables quienes decidan como sanar a los animales, una vez que cuenten con la información obtenida. La meta de una consulta, charla, taller, o experiencia de comunicación telepática entre especies es crear más compasión, equilibrio, comprensión y comunión para todos los seres. Seguimos nuestro corazón, honrando el espíritu y la vida de todos los seres como parte del Uno.

Formulado por Penélope Smith en 1990